domingo, 30 de octubre de 2016



 LA HUELLA MAESTRA

  Valeria Baudille



 
Quien haya pasado parte de sus días en un taller de cerámica, sabe de las múltiples formas de registro que esa experiencia genera en la memoria. Quien lo haya transitado, conoce las texturas táctiles de la arcilla en sus distintos estados: la barbotina fría y melosa, la crudeza del barro seco, la suavidad blanca del bizcocho, la dureza cristalizada. Ha percibido el aroma de los materiales en el mortero y vio flotar sus partículas de polvo con el sol que entraba por la ventana. Ha sentido el aire cálido del horno encendido y el olor a aserrín quemado. Ha aprendido a detener la mirada en el detalle, en un mundo etiquetado de frascos, latas, cajas, herramientas y enseres que rebalsaban la estantería, el desorden ordenado...y se ha inclinado en la mesa de trabajo para dejar su huella.

      Haberlo hecho de la mano de una maestra como Lina, la catalana, amplía esa memoria sensorial al campo de la construcción de lo personal, al traspaso de prácticas y saberes en un marco de crecimiento creativo y a la entrega de un legado de amor por el oficio y de pasión por estas artes.

Valeria Baudille la homenajea acercándonos la vivencia de su taller, el espacio donde ella fuera estudiante e imprimiera sus huellas en la arcilla blanda por primera vez. Nos trae parte de esa herencia en objetos cotidianos y queridos, en recetas garabateadas y moldes usados hasta el desgaste.

       Están aquí las repisas con su aglomeración de óxidos y pigmentos, las estecas con que tantos iniciaron sus movimientos sobre la materia y el cuaderno de apuntes de la maestra, generosamente abierto. También hay parte de la moldería presente en el taller y muchas, repetidas y persistentes coladas, porque así como de un humilde molde de yeso pueden salir infinidad de piezas, así surgieron de la labor de Lina, consejos, ejemplos, pautas de trabajo, ayudas para el arte, aportes para la vida. Y así, lejos de trasladarles un cerrado cúmulo de preceptos, los resultados de su afán docente, se expresan en la libertad y la variedad de caminos que ofreció a sus alumnos para distanciarse del molde.

       Es andando su propio sendero que Valeria Baudille, tan ligada a la técnica y a la labor manual como al plano de los conceptos, nos comparte un fragmento del universo de su maestra, Ángela Genis Chavarría, e invita a las artistas ceramistas Julieta Mastruzzo y Patricia Yegros que también fueran sus discípulas, a ser parte del encuentro.

       Es inventando su propios moldes que le ofrece su reconocimiento. Es dejando su propia huella que le agradece en el tiempo.





Viviana Debicki


La huella maestra inaugura el 3 de noviembre a las 20hs en el 

 Instituto Municipal de Cerámica de Avellaneda
 

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